Alud
El mundo se derrumba sobre uno y uno no sabe por qué. Simplemente por estar ahí, como el esquiador perseguido por el alud. No hay refugio para el alud del mundo. El peso de la nieve como un consuelo, anhelo del aplastamiento. Pero ni siquiera eso. Padecer el descenso sin fin porque no hay un punto de apoyo. Sin sustento sólo hay caída, únicamente caída, caída… Frases sin sentido que brotan de una bilis enferma. Jirones de uno mismo que persisten en mantenerse unidos. Sólo soy un guiñapo que se mantiene en pié por inercia.
3 Comments:
Mi amigo enjironado y sin fortuna, el mundo sólo es como lo queremos ver. Puede venirnos encima o podemos caer sobre él, pero la inercia del impulso puede servirnos para esquivar el alud, verlo pasar de largo. Después nos podremos quitar los esquís y, tranquilamente, volver a subir a la cúspide, sin prisa pero sin pausa. Entonces contemplaremos el mundo con otros ojos, con mayor claridad, y veremos el alud ya inofensivo, allí desparramado al fondo…
Ejironado, jajaja...
Gracias por hacerme reír, criatura anónima.
Enjironado, digo, leches.
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