improvisaciones y aprovisionamientos

cuentos, garabatos improvisados; también pequeños destellos en forma de palabras que uno va encontrando por ahí­
One Figure, Juan Muñoz
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Nombre:
Lugar: Barcelona, Cataluña, Spain

22.9.05

Vida al natural, Clarice Lispector

Clarice Lispector, Silencio



Vida al natural

Pues en el río había algo como el fuego del hogar. Y cuando ella advirtió que, además del frío, llovía en los árboles, no podía creer que tanto le fuese dado. Y el acuerdo del mundo con aquello que ella ni siquiera sabía que precisaba como el pan. Llovía, llovía. El fuego encendido guiñaba hacia ella y hacia él. Él, el hombre, se ocupaba de aquello que ella ni siquiera agradecía; él atizaba el fuego, lo cual era su deber de nacimiento. Y ella, que siempre estaba inquieta, haciendo cosas y experimentando, curiosa, ella no se acordaba de atizar el fuego: no era su papel, pues tenía a su hombre para eso. No siendo doncella, el hombre tenía que cumplir su misión. Lo más que ella hacía era instigarlo, a veces: «Aquel leño —decía—, aquél todavía no encendió». Y él, un instante antes de que ella acabara la frase que lo advertía, él ya había notado el leño, era su hombre, ya estaba atizando el leño. No le daba órdenes, porque era la mujer de un hombre que perdería su estado, si ella le daba órdenes. La otra mano de él, libre, está al alcance de ella. Ella lo sabe, y no la coge. Quiere la mano de él, sabe que la quiere, y no la coge. Tiene exactamente lo que necesita: poder tener.
Ah, y decir que esto va a acabar, que por sí mismo no puede durar. No, ella no se
está refiriendo al fuego, se refiere a lo que siente. Lo que siente nunca dura, lo que siente siempre acaba, y puede no volver nunca. Se encarniza entonces sobre el momento, se traga el fuego, y el fuego dulce arde, arde, flamea. Entonces, ella, que sabe que todo va a acabar, coge la mano libre del hombre, y la enlaza con la suya, ella dulce arde, arde, flamea.

2 Comments:

Blogger Orfa said...

Ah, Clarice Lispector. Diosa de la sapiencia y la belleza. Lo que muchas mujeres jamás lograremos o nos quedamos en un área o en otra, y por la que optemos quién sabe si lleguemos a la categoría de divinidades. "Yo he decidido escribir, es como si tocara la piel del Grial", no sé dónde leí eso, pero lo dijo una mujer, no Clarice, recuerdo vagamente que fue una latinoamericana. Y yo he decidido escribir. Me siento a los pies de las diosas y escucho escucho escucho esforzándome por retener cada palabra.

Respecto al poder tener:
"y sentía la paciente brutalidad con que la tierra cerrada se abría por dentro como un parto, y sabía con qué peso de dulzura el verano maduraba cien mil naranjas y sabía que las naranjas eran mías. Porque yo quería". Clarice Lispector, Agua Viva, pág. 67 en la edición de Siruela.
Y yo puedo tener las palabras, no las tengo, pero las puedo tener, o así quiero pensarlo y cuando me estiro y veo que no las abarco con los brazos, pienso que no, no me he estirado lo suficiente, y sigo pensando que puedo tenerlas. Y a ratos estoy tranquila.

6:56 p. m.  
Blogger a man of no fortune said...

Oh, no, no, disiento, querida orfa... todas las mujeres ya lograsteis el cielo antes incluso de haber nacido, la cuestión es no dejarse desorientar por el hombre que vaga errático con su absurda lámpara de Diógenes absurdo.
Y en cuanto a Lispector creo que estuvo muy lejos de sus intenciones convertirse en una constelación que alumbre el cielo; no es lo divino sino lo humano lo que brilla en Lispector: “Escribo porque no tengo nada que hacer en el mundo: estoy de sobra y no hay lugar para mí en la tierra de los hombres. Escribo por mi desesperación y mi cansancio, ya no soporto la rutina de ser yo, y si no existiese la novedad continua que es escribir, me moriría simbólicamente todos los días. Pero estoy preparado para salir con discreción por la puerta trasera. He experimentado casi todo, aun la pasión y su desesperanza. Ahora sólo querría tener lo que hubiera sido y no fui. (La hora de la estrella)”
Y dices “Y yo puedo tener las palabras, no las tengo, pero las puedo tener” No tener las palabras es lo mejor que te puede pasar, entre otras cosas porque las palabras cautivas son palabras muertas. No te estires para buscar nada, todo está dentro.
Ah, y sobre todo a mí ni caso, estoy un poco pallá, jejeje..

Gracias por tu visita.

9:12 a. m.  

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